Es en este lugar donde Rick es atendido después de ser herido estando
en servicio. Shane y Lori constantemente visitaban a Rick en su
habitación con la esperanza de que despertara en algún momento.
De acuerdo a Shane, cuando la situación crítica del virus comenzó, los médicos acordaron trasladar a Rick a un hospital en Atlanta pero ésto nunca sucedió y entonces los militares comenzaron a evacuar a los que seguían con vida.[1] Shane trabando la puerta a la habitacion de Rick.
Al ver que el hospital estaba siendo arrasado, Shane intento sacar a
su amigo del lugar pero una explosión cortó la energía del local y el
sistema de soporte de vida de Rick dejó de funcionar. Creyendo que su
amigo estaba muerto, Shane trabó el acceso a la habitación de su amigo y
escapó del pueblo junto con Lori y Carl.
Durante cierto momento, las personas que permanecieron en el
lugar se encargaron de encerrar a varios caminantes en la cafetería del
lugar y trabaron la puerta con una cadena y un enorme candado. También
colocaron un letrero para advertirle a las personas que decía "No abrir,
muertos adentro".
El hospital volviéndose un cementerio.
Además, durante el desarrollo del apocalípsis, las personas que caían
victimas de los caminantes eran asesinadas y colocadas en bolsas de
hule, y luego eran exiliados al patio trasero del hospital donde largas
filas de cadáveres decoraron el ambiente en poco tiempo.
Afuera del local, helicópteros militares quedaron varados tras el
estallido zombie, al igual que muchos cadáveres de las personas que
acudían al sitio en busca de refugio.
Tras varias semanas de estar en coma, Rick despertó en el hospital
bastante confundido y comenzó a tratar de descifrar lo que había
sucedido. Tras levantarse de su cama, Rick salió de su habitación y
comenzó a recorrer los pasillos en ruina del hospital.
Tras corroborar que las lineas telefónicas estaban muertas, Rick
continúo revisando el lugar y vio en horror el cadáver de una mujer
mutilada en uno de los pasillos.
Rick viendo la señal de advertencia en la cafetería.
Tras escuchar unos gruñidos, Rick se dirigió por un pasillo y
encontró la puerta de la cafetería cerrada con el cartel de advertencia
que le prohibía abrir el lugar y al ver una mano putrefacta que salía
del otro lado, retrocedió asustado y comenzó a buscar una salida.
Tras lograr salir por la puerta trasera del edificio, Rick
encontró el patio minado de bolsas con cadáveres dentro y tras pasar por
todo el trayecto, subió por una colina donde vió un helicóptero y al
llegar, encontró que todo el lugar era un cementerio. Rick entonces
continuó caminando y se dirigió a su casa.
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