Entre mis amigos y conocidos soy de los pocos a los que empezó gustando
esta serie, entiendo que es un rol completamente diferente, nos explican
el inicio de la epidemia, cómo se origina el apocalipsis Z, el caos y
la anarquía llegan a la civilización que conocemos, la desobediencia
civil al no entender porque la policía y el ejército ‘asesina’ a sangre
fría a personas ‘supuestamente’ indefensas e inocentes. Pero os habréis
dado cuenta que al inicio de la frase he utilizado el tiempo verbal en
pasado, porque con los capítulos 3 y 4 reconozco que perdí la esperanza,
no por la trama en sí porque en definitiva es lo que sabíamos que iba a
mostrarnos sino por la narración lenta y aburrida y algunos de los
personajes para mi gusto no conducen la trama tal y como hacen Rick y
compañía en la serie madre.
Creo que el problema de este spin-off es la eterna comparación con The Walking Dead,
no por la calidad ni la trama sino porque sabemos que lo que estamos
viendo acabará mal, todos estamos infectados y sabemos cómo acabaremos.
Pero esta sensación ha cambiado al ver el quinto capítulo “Cobalt”
(curiosamente el primer título que se rumoreo para la serie) donde por
fin vemos la crudeza y la realidad a través de los propios ojos de los
protagonistas.
Nada más comenzar vemos cuál ha sido el destino de los ‘secuestrados’,
Douglas y Nick están encarcelados con un supuesto vendedor de seguros
que a primera vista parece un tanto extraño. Rápidamente volvemos al
recinto donde supuestamente nuestros protagonistas están a salvo y
Ofelia carga contra los captores de su madre al tiempo que increpa a sus
nuevos vecinos “¿De que tenéis miedo? Sabéis que no están aquí para protegernos.”
El enamoradizo cabo Reynolds intercede por ella antes de que el Sargento
la arreste y acabe con sus huesos a saber donde, pero si llegara a
saber lo que le espera seguro que se lo pensaría dos veces antes de
salvarla. En el sótano de la casa de Susan y Patrick, Ofelia y Daniel Salazar retienen al cabo Reynolds
dispuestos a todo con tal de recuperar a su madre y esposa. Chocan con
la reticencia inicial de Maddison pero Daniel la acaba medio
convenciendo “Las personas que se van en camiones nunca regresan”, así que hay que averiguar dónde están.
Por su parte Curtis acude al Teniente Moyers para averiguar donde están
sus familiares y parece que por primera vez le hecha pelotas a la
situación diciéndole “si te llevas a nuestra gente sin explicaciones quizá no pueda contener a los civiles”.
Consigue que el teniente lo lleve a ver a la Dra. Exner y de camino al
hospital oímos hablar por primera vez a los soldados de la enfermedad de los come carne
y comprobamos de primera mano que el teniente Moyers no tiene ningún
miramiento, se topan con una ‘madura’ y vemos al teniente comportarse
como si hubiera salido de la mismísima The Walking Dead “mátala Curtis porque si crees que es humana entonces nosotros somos unos asesinos… eso no es una persona”.
Parece que Curtis aunque sea por imposición de Moyers por fin va a
aceptar la verdad y coge el fúsil para acabar con la caminante, pero al
mirar por la mirilla y ver el nombre de la camarera en su placa le hace replantearse si acabar con un muerto viviente es moral o no
¿será aún una persona? ¿habrá quizás una cura? Mientras prosiguen en
ruta hacía el hospital por radio oyen que un escuadrón está atrapado en
una biblioteca “un motón deben haberse convertido”.
En el hospital comenzamos a ver la dimensión real de la plaga, la Dra. Exner le dice a Liza “estás
tratando de salvar a 6 personas, yo estoy tratando de salvar a
600.000”, “un ¿y si? y todos comenzaremos a averiguar a que saben los
vecinos” ¡¡POR FIN!! Ya podemos comenzar a emocionarnos con el
vocabulario que llevamos 4 capítulos esperando: come carnes, a que saben
los vecinos, madura, conversión masiva, y sangre, más sangre de la
vista hasta ahora.
También descubrimos el misterioso secreto que Daniel guarda y que le
hace ser tan reservado, es un refugiado de El Salvador que ha sufrido
mucho en su país y lo paga con el cabo Reynolds con la intención de
salvar a su esposa, lo tortura y le pregunta que es Cobalt,
código que ha oído por la radio del cabo en varias ocasiones. Pero este
sufrimiento que vivió en su país fue debido a que él era el torturador y
no el torturado. Daniel le confiesa a Maddison “con 9 años le conté a
mi hija todo, excepto cuál hombre era yo”, “¿crees que entenderá que en
ese momento fue necesario? ¿Que es necesario otra vez?”. Madison tras oír la confesión no se sorprende, ya apuntaba maneras “¿Nos dijo lo que necesitamos saber?" Sniff … Rick Grimes is back?
Mientras asistimos a la ignorancia de Chris y Alicia, juventud descreída
e inocente, que aportan poco a este capítulo, bueno no mucho más que en
el reto de capítulos, ¡que los muerdan ya por Dios!, siempre hay
soldados dispuestos a saltarse las normas en beneficio propio, así es
como el vendedor sin nombre consigue que los soldados no se lleven a Nick a cambio de sus gemelos. Es un hombre listo y paciente que ve la jugada al completo
y espera el momento idóneo para hacer su movimiento y necesita a Nick, o
por lo menos lo utilizará cuando sea necesario, de ahí que lo haya
salvado. ¿Quién será el misterioso salvador? ¿Qué pretenderá?
Curtis vuelve al recinto después del encontronazo con la primera horda de zombies de la serie y asiste a la confesión del cabo “Cobalt es el código para iniciar la evacuación de la base de Los Ángeles”, “Ustedes no. Sólo nosotros”. Además es un procedimiento para la exterminación humana programada a las 9h de la mañana siguiente. Las piezas están en el tablero y la partida está apunto de terminar, por la noche los soldados ya no patrullan, ya no les preocupa el toque de queda, se están aprovisionando para largarse.
Griselda en su lecho de muerte y en su delirio se arrepiente de lo que
hizo su marido en El Salvador y espera su castigo, su penitencia. Con su
muerte por fin nos explican que una lesión cerebral traumática es lo
único que los detiene, con una pistola de perno interno acaban con
Griselda antes de que vuelva, porque mueras como mueras “todos volvemos”.
Para terminar Daniel Salazar acude al estadio del que habló el cabo y
escucha el rugir de los no muertos tras las puertas y la fuerza con la
que golpean unas puertas a las que sólo les falta la leyenda “Don’t open, dead inside”.
¿El objetivo final del código Cobalt será soltar a estos no muertos
encerrados? La semana que viene sabremos como termina esta primera
temporada.
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