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martes, 26 de febrero de 2013

Review 3x11: I ain't a Judas




Como se suele decir, tras la tormenta llega la calma. Revisitamos el episodio de esta semana con Pablo, cinéfilo (algo que comprobaréis en su review) y con un dato muy curioso: The Walking Dead es lo primero que ha visto de temática zombie. Con su gran análisis os dejo a continuación:

Vuelve The Walking Dead una semana más tras dejarnos con la boca abierta durante aquellos últimos 10 minutos, por lo tanto tocaba relajar y asentar las tramas. Esto no es ningún problema si se hace bien, el problema es que esta es quizás la mayor dificultad que tiene la serie, pues pocas veces logra emocionarnos con diálogos trabajados. Sin embargo esta vez comenzábamos estupendamente….
Tras otra elipsis post-final de capítulo, observamos cómo se encuentra el grupo tras la llamada a la puerta del Gobernador, en el primer plano, como si Nicotero les quisiese dar un respiro a todos tras aquellos angustiosos y atropellados minutos, nos los presenta en un plano abierto, en el que pueden respirar. Pero apenas les dura 30 segundos, Merle, poniendo las cartas del Gobernador sobre la mesa, consigue volver a asfixiarlos, a encerrarlos en su miseria, en la cárcel física y emocional en la que viven, Rick con las visiones de Lori, y esa separación espacial y sentimental entre Glenn y Maggie que da continuidad a la subtrama de sus problemas de pareja.

Nicotero, director de este capítulo, es principalmente maquillador, pero ya había dirigido un par de episodios (los webisodios también son suyos), además de haber trabajado de segunda unidad en La Niebla, la magistral película de Darabont. Y la verdad es que empieza de forma genial… El grupo empieza a barajar la opción real de dejar la prisión, con Hershel a la cabeza,  sin embargo, esto es una ‘Ricktadura’, y aquí el que decide es el sheriff, aún sumido,  aunque un poco recuperado,  en la oscuridad de las visiones nupciales de su mujer fallecida, se encuentra apartado de todos los demás, el líder aislado.

Tras la reprimenda del granjero, la siguiente escena es esencial, Rick sale a la luz, y con los prismáticos con los que en el episodio anterior vio a Lori, observa a los walkers, sin rastro de su tormento. Con estas secuencias iniciales tan bien rodadas, usando estupendamente el lenguaje cinematográfico, me esperaba un gran capítulo. A partir de aquí, la historia se centrará más en Andrea, y aquí tenemos un problema, porque es un personaje que está muy mal escrito, y por lo tanto un capítulo que toma su punto de vista, nos resulta a priori, poco interesante. Durante buena parte del capítulo descubrirá las mentiras del Gobernador, cómo es realmente, y sin embargo decide aguantar, "hold on”, nombre de la canción que suena al final del episodio. Pero no vayamos tan rápido.

Uno de los aspectos que más está destacando en la serie es cómo muestra los tejemanejes políticos en la figura de Philip, la adición de que quiera disponer de un ejército, brutal la inclusión de los niños soldado, no hace más sino enriquecer su terrible personalidad. Sin duda el personaje mejor tratado esta temporada está siendo el Gobernador, y encima está magistralmente interpretado por Morrisey, contenido en su brutalidad y abierto en su carisma. Exactamente igual que sus ojos, tapará ese destrozo, con un parche.

Por otra parte, en la prisión, se discute la presencia de Merle, y aquí viene el fallo gordo del episodio, ¿por qué iba Hershel a defender a Merle? ¿no era Glenn como su hijo? Entonces de dónde viene esa protección al que apalizó a su hijo? ¡Si ni siquiera has hablado con él! En fin, este es el tipo de males que bajan, y mucho, el nivel de la serie. Cuando por fin se conocen, sí que hay un intercambio interesante, sobre todo por el tono religioso, que hace referencia al título del episodio y a próximos diálogos.

Cabe destacar también la cita bíblica que mencionan, habla de apartarse de una parte de ti, antes de que lo pierdas todo. Creo que esta idea se puede aplicar a muchos personajes a lo largo del capítulo, Rick no dejándose llevar por la locura, Merle por la venganza hacia Rick, Daryl por la lealtad a su hermano (cuyos avances para con el grupo le recuerda Carol), Andrea por la atracción hacia Philip, Milton hacia el Gobernador, etc.

En Woodbury, Andrea le cuenta a Milton que quiere ir a la prisión, el científico va corriendo a contárselo a su amo, que responde positivamente a esa escapada, llegando incluso a pedirle a Milton que le ayude, a lo que éste contesta extrañado que si es una prueba. (¿reminiscencia de la prueba de Dios a Abraham, quizás?). La dosis de gore la obtenemos cuando Andrea, que tiene aprendida la lección de Michonne, (detallazo usar este recurso para reforzar el des-encuentro posterior en la prisión) emula a esta al mutilar un walker. Nos sorprendemos también al ver al grupo de Tyresse por allí, y es que en el anterior capítulo, en otro fallo de guión a mi gusto, desaparecieron por completo, es más nunca se mostró su ‘despedida’. Por supuesto Milton les ofrecerá Woodbury donde serán embaucados por el Gobernador. Esta trama pinta interesante la verdad, pienso que se puede sacar mucho partido de Tyresse.

Cuando Andrea llega por fin a la cárcel se entera de todas las bajas que ha tenido el grupo desde que se separaron, así como de otras de las mentiras del Gobernador y el cambio que ha sufrido Rick. Creo que Andrea vuelve a Woodbury por varias razones, para empezar no se esperaba esa ‘agradable’ acogida por parte de Rick y los demás, sigue confiando en el Gobernador, y a la vez piensa en matarlo. Y llegamos así al tópico final de cientos de series, un personaje empieza a cantar una canción y se pasa al cantante de verdad, enorme Tom Waits, mientras los personajes miran al vacío o se disponen a hacer acciones trascendentales, o no, ¿verdad  Andrea?

En definitiva, no ha sido un gran capítulo, pero tampoco ha sido un desastre, uno más de transición en el que se pierde otra oportunidad de matizar a Andrea de una vez.

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