Antes de nada he de recordar un detalle que me parece importante y el
cual no todo el mundo acaba de entender. Leyendo diversas plataformas y
sus comentarios he notado cómo se suele interpretar un episodio en el
cual no aparecen caminantes como sinónimo de “malo”. Recordemos que
hablamos de
una serie que habla de historias, de decisiones extremas en situaciones extremas, de supervivencia, de humanidad. Los
zombies son meras excusas necesarios para poder contar esas historias.
Dicho esto no me entretengo y sin más dilación comentaré el episodio.
La esperanza y la soledad son protagonistas en este capítulo, van de la
mano y están presentes en todos nuestros personajes, en mayor o menor
medida. Y el hilo conductor esta vez es un personaje del cual aún no
sabíamos mucho (al menos los que no hemos leído los cómics). Es
Bob Stookey.
De él sabíamos hasta ahora que había estado en varios grupos antes de
topar con nuestro grupo favorito. En este episodio descubrimos también
cómo llegó a toparse con
Daryl y
Glenn a través de un
flashback. Vuelta la vista atrás nos encontramos a un Bob
desesperanzado, “alone”. Con Bob comenzamos y acabamos el capítulo con
Blackbird Song de Lee DeWyze de fondo. Una serie de planos magistrales
que nos muestran cómo vivía Bob cuando estaba solo se suceden con la
canción de fondo. Destaco la labor del director de fotografía de este
espisodio Michael E. Satrazewis, del cual no conocía ningún trabajo
previo. Especial el plano cenital de cuando Bob se acuesta en el techo
del remolque a esperar que la manada de walkers pase.
Tremenda la labor de fotografía como he dicho porque a lo largo de este 4x13 veremos una serie de
planos que nos transmiten la soledad
que sienten nuestros personajes. La interpretación de Lawreence
Gilliard como Bob es soberbia. Al igual que Rick hizo en el 4x01 con la
mujer desequilibrada, vemos a un Daryl y Glenn hacer a Bob las tres
preguntas necesarias:
“¿A cuántos caminantes has matado? ¿A cuántas personas has matado? Y ¿por qué?”.
A Bob no le importa contestar, de hecho su felicidad es palpable. Ya no
está solo. Como sabíamos que ocurriría, Daryl y Glenn aceptan llevarle a
la cárcel y no puedo evitar relacionar este plano con el de la mítica
Matanza de Texas de 1974 y su plano final de esa protagonista en la
parte de atrás de la camioneta, escapando de su asesino. Por supuesto
son dos momentos en dos obras completamente distintas pero la felicidad
se palpa en ambos personajes, ambos huyendo de una situación traumática.
De vuelta al presente, vemos al grupo de
Sasha, Bob y Maggie, en
lo que será una de las escenas más incoherentes de la serie hasta ahora.
Están rodeados de niebla y asistimos a lo que parece un outtake de la
película
The fog, obra del anterior showrunner
Frank Darabont.
Y es que es una niebla que parece salir de la nada. Una mera excusa
incoherente para mostrar una escena visualmente tensa y dramática. En
ella casi asistimos a la muerte de nuestros tres personajes, pero una
ágil Sasha salva la situación, no sin antes tener que gastar una bala
(sólo les quedan 6 balas). Y he de señalar el momento en que
supuestamente le muerde a Bob un caminante. Casi preveíamos el final de
este personaje, el cual empezaba a dar algo de “chicha” para luego ver
como el caminante únicamente había mordido el vendaje. Y digo yo ¿un
vendaje es una armadura o coraza impenetrable?
¿estará Bob engañando a sus compañeras y veremos su transición a caminante tal como hicimos con Jim en la primera temporada?
Hago mención a la incoherencia de utilizar el recurso de estar atrapado
en la niebla porque parece ser que a los únicos que les afecta es a
ellos tres. Ni Daryl y Beth, los cuales comparten protagonismo en este
episodio ni al resto a lo largo de los episodios anteriores les ha
sorprendido este fenómeno meteorológico. ¿Tan separados están los unos
de los otros como para sufrir distinto clima?
En fin, tras esta escena que ha servido de razón para que el grupo se
ponga en marcha pasamos a Daryl y Beth. La última vez que los vimos se
alejaban de una cabaña ardiendo en el 4x12 Still, que se mostraba como
parte del traumático pasado de Daryl, que ahora deja atrás por fin. Con
música de Bear McCreary somos testigos del aprendizaje en rastreo y
supervivencia personal que Beth está adquiriendo de manos de Daryl.
Siguen unas de lo que parece ser un caminante en un claro y en el que
Beth de forma descuidada acaba presa de un cepo. Al principio pensé que
era una excusa de los guionistas que buscaban una razón para tener que
curar y ralentizar el avance de estos dos personajes, pero dado el final
del capítulo me da que pensar. Quizás el territorio próximo en el que
se encuentran está rodeado de este tipo de trampas, puestas por aquellos
que parecen vivir en la funeraria. Bueno, no me quiero adelantar
demasiado, ahí llegaremos en breve.
Buscando un lugar donde descansar, Daryl y Beth llegan a un
cementerio,
donde se topan con un epitafio dedicado a un padre de familia. Quizás
puede significar el único momento en el que Beth puede debidamente
despedirse de Hershel. El detalle de Daryl con las flores nos hace
entrever el buen fondo de este personaje, que no es más que un niño en
muchos sentidos. Es Beth quien parece infundir en el esa esperanza
perdida cuando la cárcel ardió, y con ella el hogar que habían
construido.
Es un capítulo que mezcla tensión y diálogos con una buena dirección a cargo de
Ernest Dickersen,
del que conocemos su trabajo con la serie anterior (os sonará por
dirigir capítulos desde la primera temporada hasta la season finale de
la temporada anterior “Welcome to the tombs”).
Luego vemos adonde acaban de llegar esta pareja. Parece una de estas
mansiones sureñas estadounidenses de la época previa a la guerra civil.
Una plantación donde solían explotarse a los esclavos afroamericanos.
Actualmente parece ser una funeraria, y por lo que parece aún en
funcionamiento.
Ni una mota de polvo en todas las superficies,
cadáveres preparados para un sepelio al que parece no acudir nadie y una
cocina perfectamente dotada de alimentos indican que ahí vive alguien. O
eso quieren hacernos creer. Bien
se puede tratar de una trampa,
pero no me quiero adelantar de nuevo, ya llegaremos. Destaco el momento
en que Daryl roza la mejilla del cadáver en el ataúd. La grima y el asco
me recuerda a la cursi película de La casa de cera, aquella película de
terror barato donde un pirado con intención de ser un artista se dedica
a convertir a personas desafortunadas en estatuas de cera.
Está claro que en este episodio querían mostrar el miedo de los
personajes a albergar esperanza alguna. Por un lado tenemos a Daryl y
Sasha, que rehúsan tener esperanza tras lo que acaban de vivir. Es
demasiado arriesgado, “the odds are Glenn is dead” le decía Sasha a Bob.
Daryl sopesa afincarse en la mansión-funeraria de forma semi permanente
y Sasha pretende encontrar un edificio alto, del cual obtener agua de
lluvia y donde poder defenderse, a la vez que tener buena visibilidad.
Por otro lado tenemos a sus opuestos: Maggie y Beth, ambas hermanas
albergan la esperanza, una por la supervivencia de su amado y otra
porque aún existan buenas personas, pese a todo. Y por último tenemos a
Bob, hilo conductor del episodio como decíamos al principio, que parece
querer enmendar los errores cometidos en el pasado, y no dejar atrás a
nadie más. O quizá siente que es su deber, no en vano
fue Glenn junto a Daryl quienes lo salvaron de la soledad.
Vuelta a la ficción asistimos a lo que parece ser una Maggie dispuesta a
encontrar a Glenn a toda costa, no duda en buscar caminantes para
dibujar mensajes con la esperanza de que su prometido los lea. Como
todos los grupos parecen dirigirse a lo que nos dicen que es un
santuario para todos, un refugio en el que todos podrán vivir,
Terminus.
Suena demasiado bonito para ser verdad, o para ser The Walking Dead
mejor dicho. Cual caminantes, todos los personajes siguen el entramado
de vías ferroviarias hacia el epicentro. Me parece un recurso genuino
dado que este capítulo como mencionamos antes es un episodio puente, no
pueden haberlo hecho mejor.
A medida que avanza el episodio vemos como los personajes de Beth y de
Bob intentan despertar la esperanza en Daryl y Sasha respectivamente,
parece que asistimos a el nacimiento de un doble romance en The Walking
Dead, pero no os preocupéis, la dosis de empalagamiento no tiene cabida
en esta serie donde los finales felices no existen. Aún así, ese “I’m
not alone” de Bob a Sasha es digno de mencionar. La felicidad por no
haber acabado solo de este personaje me maravilla. Pese a todo,
encuentra una razón para sonreír, y para besar a Sasha, personaje duro
donde los haya. Parece que quieran remplazar el hueco dejado por Andrea
con una estoica y eficiente Sasha, que no quiere creer que su hermano
puede seguir vivo. Como acabamos de decir, es demasiado duro creer en
ello.
De nuevo debo admirar la calidad de los planos de este episodio.
Grandes planos abiertos y narrativos,
que nos dicen que estos personajes están solos, aún estando
acompañados. Da la sensación de estar indefenso, desolado. Y no es para
menos.
Algo que no acabo de entender es el porqué del perro que Daryl encuentra
en la puerta de la mansión. ¿Es un espía? ¿Estarían observando de lejos
para ver quién abría la puerta? Lo que está claro es que ahí vive
alguien, y no parece estar contento con sus visitantes autoinvitados.
Ajenos a ello por ahora, Daryl y Beth disfrutan del resto del día
tranquilos. Volvemos a ser testigos de una interpretación musical por
parte de la pequeña de los Greene. Esta vez la canción elegida ha sido
Be good de Waxahatchee. Como un “jukebox” sigue cantando a petición de
Daryl, que se recuesta mientras la escucha. La química entre estos dos
actores es patente. Para ser sincero no tenía mucha esperanza en la
calidad interpretativa de Emily Kinney pero me ha conquistado poco a
poco. Debo admitir que la música la considero un genial acompañamiento
para que algo o alguien te llegue a gustar, en este caso Beth. Una vez
descansados y alimentados nuestra ingenua rubia incluso pretende dejar
una nota de agradecimiento,
ella sigue creyendo en la bondad de las personas.
No tardará en aprender que está bien equivocada, al menos por ahora.
Seguro que no soy el único que no pasó por alto ese cruce de miradas
Daryl-Beth justo antes de ser interrumpidos. Está claro que la hija de
Hershel ha calado hondo en Daryl.
Lo que parece ser el perro de nuevo llamando a la puerta, resultan ser
una pequeña horda de caminantes, a mi parecer demasiado bien organizados
y apeados, como si fueran una hilera de muñecos bien posicionados para
una determinada función: distraer. Daryl y Beth se separan, prometiendo
reunirse a las afueras de la mansión en lo que se desarrolla como un
torbellino de escena. Daryl vuelve a hacer un despliegue de habilidades
de supervivencia y astucia en momentos extremos. Cada vez se parece más a
el personaje de Alice interpretado por Mila Jovovich en la saga
Resident Evil. Daryl puede con todo, es el Chuck Norris de The Walking
Dead. Temo incluso por tal comparación, mis días están contados.
Daryl por supuesto consigue escapar de la mansión (no me
malinterpretéis, no es que no me guste Daryl), para acabar viendo la
bolsa de Beth en el suelo (con lo que parecen ser un fajo de billetes de
dólares) sigo sin entender el por qué Daryl los recogió pero bueno.
Llega justo a tiempo para avistar lo que parece ser un coche con una
cruz blanca tintada en la luna trasera que parece ser conducido por alguien que acaba de raptar a nuestra rubia favorita.
Daryl no pierde el tiempo y corre tras el oscuro coche. Lo siento Daryl,
esta batalla no la vas a ganar, por ahora. Parece que los hubieran
observado durante todo el día, reunido un pequeño grupo de caminantes
para separar a ambos personajes y así poder raptar a la cantante
granjera.
Nos acercamos al final del episodio. Sasha y Bob se separan tras unas
diferencias. Sasha prefiere no seguir creyendo y Bob no está dispuesto a
abandonar a Maggie.
Un beso sella lo que parece ser una despedida y Sasha se queda sola para pensar en lo ocurrido.
Efectivamente mantiene la esperanza de reunirse con su hermano, que éste
no haya muerto. Simplemente le es demasiado duro aceptarlo, y menos en
voz alta. Un vistazo a
la brújula rota que Maggie encontró hará
que no dure mucho así ya que el ruido de una ventana al caer la reúne
con Maggie y un pequeño grupo de caminantes. Ambas comparten unas
palabras, sus miedos y dudas y Sasha queda convencida. No es a Glenn
únicamente a quien buscan, y no es la esperanza únicamente lo que
arriesgan perder.
Es su humanidad, aquello que los diferencia de meros caminantes. Aquello en lo que Hershel creía por encima de todo.
“Todos podemos volver” decía.
De vuelta con Daryl asistimos a el momento más angustioso del episodio.
Daryl teme haberse quedado solo, haber fallado a Beth y corre hasta
desfallecer. Exhausto y sin ningún rastro de su compañera acaba abatido
en la carretera, en medio de un cruce de carreteras y “casualmente”
al lado de unos raíles. Efectivamente parece que todos se dirigen al mismo sitio.
En las últimas escenas asistimos a la introducción de un nuevo grupo al
parecer nada amistoso (¿Serán quienes se han llevado a Beth?) que se
topa con nuestro “bowman”, Daryl. Y por otro lado a la reunión de nuevo
de Maggie y Sasha con Bob, quien acaba sonriendo, tal como empezó el
capítulo, con la misma canción de fondo. Blackbird song apostilla las
notas,
“You’re not alone” es el mensaje, pese a todo.
A sólo tres episodios de acabar la temporada considero que estamos ante
lo que ha sido una temporada buena en general pero irregular en su
ritmo. Capítulos como este se salvan por un buen trabajo de dirección
que hace dinámico lo acontecido en el. Ahora lo que nos queda es esperar
a el desenlace final de esta ya épica serie. ¿Qué será Terminus? ¿Es el
santuario que nos pintan que es? ¿Habrá un Gobernador allí también? ¿Se
reunirán allí nuestros protagonistas? Para concluir siento la
extensión, quizás habré pecado de extensión pero la verdad he intentado
sacar el mayor jugo posible al capítulo y es mi primera review. De
críticas se aprende así que espero las vuestras en los comentarios. Dar
las gracias a los regidores del blog que me han brindado con esta
oportunidad y un saludo a
Maya si me está leyendo. Llevaba años leyendo el blog aunque no participara en comentarios.
Con esta preciosa imagen final del capítulo me despido